Páginas

sábado, 2 de marzo de 2019

"Rastreadora de Fake News"

¿Existen animales con síndrome de Down?

En uno de mis paseos por la red, he encontrado ésta fotografía de lo que dicen que es un tigre con síndrome de Down. Además, en las investigaciones que se desarrollan para el estudio del síndrome de Down lo habitual es leer que se basan en trabajos realizados con ratones.
Por lo tanto, podríamos preguntarnos si existen animales con síndrome de Down o, cuando menos, si los ratones con los que se investiga en los laboratorios presentan esta alteración genética.
La respuesta es contundente: NO. Pero… Teniendo en cuenta que el síndrome de Down es un alteración cromosómica (una trisomía del par 21) esta respuesta nos la van a dar precisamente los cromosomas o, tal vez sea más apropiado decir, los genes que contienen los cromosomas.
Podríamos describir los cromosomas como paquetes de genes. El conjunto de dichos genes constituyen el genotipo de un ser vivo, su legado genético. Cualquier ser vivo es, en buena medida, la expresión de estos genes y de la interacción entre ellos y de ciertos factores ambientales. Esto es el fenotipo.

Lógicamente, no todos los seres vivos tenemos el mismo número de cromosomas. De hecho, cada especie presenta un número característico de cromosomas: 5 la mosca, 38 el gato y el tigre, 40 el cerdo, 46 el ser humano, 78 el perro, etc.

Podéis comprobar que no necesariamente tiene que haber una relación directa entre tamaño, aspecto o desarrollo evolutivo con el número de cromosomas. Hay especies muy diferentes con el mismo número de cromosomas: por ejemplo, la liebre tiene 46, como el ser humano. Las hay que son similares  y, aunque son especies diferentes, tiene igual número de cromosomas: por ejemplo, nuestros “primos” evolutivos como chimpancé, orangután o gorilas tienen 48 (por cierto, los mismos que, por ejemplo, la patata).
Entonces, ¿por qué pasa esto? ¿Por qué teniendo igual número aparecen especies diferentes? ¿Por qué los que más tiene no son necesariamente los más desarrollados? La “culpa” es de los genes. Hemos considerado los cromosomas como paquetes de genes. Y en cada especie, cada paquete (cromosoma) tiene distintos tipos y distinto número de genes. De hecho, cada cromosoma de una especie tiene distinto número de genes.
En la especie humana se calcula que nuestros 46 cromosomas pueden contener en torno a 20.000 genes. El cromosoma con mayor número es es el par 1 (tiene en torno a 4.000), y el que menos es el cromosoma sexual Y, que tiene en torno a 400. Por ejemplo, el cromosoma 21 es de los que menos tiene, pues hay en torno a 600.
Por tanto, el fenotipo, esto es, “la expresión del genotipo”, no depende de cuantos cromosomas haya, sino, como ya hemos dicho antes, de cuántos genes hay, de cómo interactúan entre ellos y de los factores ambientales.

Otra característica importante de los cromosomas es que éstos, habitualmente, se encuentran emparejados: la especie humana tiene 46 cromosomas o, lo que es lo mismo, 23 pares. Esto es una consecuencia de la reproducción sexual: de cada par de cromosomas, uno lo recibimos de nuestra madre (óvulo) y otro de nuestro padre (espermatozoide).
Cuando en alguna de éstas parejas, aparece un tercer cromosoma, hablamos de una trisomía.
El síndrome de Down es una alteración genética en la que hay tres cromosomas en el par 21, esto es, 47 cromosomas. Existen otras trisomías humanas como el síndrome de Klinefelter (se da en el sexo masculino y es causada por la adición de un cromosoma X), el síndrome de Edwards (trisomía 18) o el síndrome de Patau (trisomía 13). También puede suceder que una persona presente un único cromosoma en lugar de la pareja. Esto son las monosomías, y sólo aparecen 45 cromosomas, como sucede en el síndrome de Turner, donde solo hay un cromosoma X.

Cómo conclusión: los cromosomas son paquetes de genes, pero en cada especie éstos se ordenan de forma diferente e interactúan y se expresan de forma diferente. Por lo tanto, aunque se produzcan trisomías en otras especies, esto no significa que sean “animales con síndrome de Down” o ninguna de las trisomías que hemos mencionado.

Como en otros campos de investigación, los ratones son utilizados para investigar sobre el síndrome de Down. Los ratones, animales que se reproducen con facilidad, presentan 40 cromosomas (20 pares). Muchos de estos genes, la mayoría, son parecidos al de los humanos. Otros, se calcula que sólo un 2%, son diferentes.
Se ha encontrado que en su cromosoma 16 hay una buena cantidad de genes similares al del cromosoma 21 humano y, además, ordenados de una manera parecida. No es el mismo, pero sí parecido. Por lo tanto, un ratón que presenta una trisomía en su par 16 puede dar muchas pistas sobre cómo funcionan la trisomía 21 humana.
Todo ello hace que los ratones, con trisomía 16,  son los que permiten investigar en torno al síndrome de Down. Con limitaciones, claro.
No tienen todos los genes del cromosoma 21 humano pero tiene otros que no aparecen en el par 21.
No tienen síndrome de Down, pero permite un acercaminento a su conocimiento.

Kenny, que así se llamaba el tigre blanco, falleció en 2008 y debe dejar una lección a toda la humanidad.
Kenny fue creado para ser comercializado al igual que muchos tigres blancos. Al haber tan pocos y ser tan cotizados, llevó a que un refugio para animales, ubicado en Eureka Springs, Arkansas, a realizar experimentos con el ADN de los tigres blancos y así conseguir reproducirlos con mayor facilidad. De ahí salió Kenny.
Debido a la escasa variedad genética, tuvo problemas de dentadura, mandíbula y problemas físicos y psíquicos, pero no síndrome de Down.

De este modo, me gustaría concluir diciendo que hay que informarse bien antes de asignarle una alteración genética a cualquier animal y buscar en el trasfondo de la historia del mismo.
Así que queridos followers no os creáis todo lo que dicen los medios de comunicación, redes sociales, etc, siempre juegan con el desconocimiento ajeno.

Aquí os dejo el vídeo de la noticia y valoren ustedes mismos.



Buenas tardes y feliz fin de semana mis followers.

No hay comentarios:

Publicar un comentario