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lunes, 18 de marzo de 2019

CRÍTICA

Estamos de celebración, el gobierno de Castilla y León ha decidido prohibir la muerte del animal en la fiesta taurina del Toro de la Vega tras varios años de polémica.

El espectáculo bochornosos que ofrece este evento se basa en acosar y perseguir al animal hasta que llega a un campo abierto, una vez allí, se le da muerte a golpes y lanzazos en una competición en la que los mozos exhiben su destreza y puntería a costa del sufrimiento del pobre animal.

Gracias a las manifestaciones y a las protestas de los defensores de los animales, esta exhibición ha sido tachada de cruel y catalogada como un símbolo de atraso cultural que daña la imagen de España y por supuesto, hace sufrir al pobre animal sin motivo alguno. Tratar al animal de esta forma, con el único motivo que la diversión del pueblo, no puede considerarse, de ningún modo, un evento cultural y tradicional. España no puede verse reflejada en un espectáculo tan indigno y bochornoso.

Esta celebración estuvo totalmente prohibida en 1964, pero volvió a celebrarse a partir de 1970, no obstante, recientemente, el Gobierno de Castilla y León ha recapacitado y hemos conseguido un paso más en la prohibición de este espectáculo. Aunque no hayamos conseguido que se suprima de forma absoluta, el Gobierno ha prohibido la matanza del animal mediante un decreto que modifica el reglamento de espectáculos taurinos populares y anula la excepción que lo amparaba, alegando, muy acertadamente, que “el ordenamiento jurídico no puede ser ajeno a la realidad y a la ética social de cada momento histórico”.

Aunque este decreto supone un paso adelante, todavía queda mucho camino por recorrer, como afirman muchas organizaciones animalistas,  el decreto se ha quedado corto. Tendremos que seguir en la lucha contra el maltrato animal, una lucha que, paso a paso, conseguiremos vencer.

1 comentario:

  1. Buenas tardes Patricia, como antitaurino que soy me ha gustado mucho tanto tu publicación como la noticia de la prohibición de esta barbarie la cual considero la más cruel y retrógrada de las celebradas en España, pero como bien dices esto sólo es un pequeño paso para lograr la prohibición total de todo este tipo de festejos, cada vez somos más y ellos menos, no me cabe ninguna duda de que lo acabaremos consiguiendo. Un saludo de tu amigo y compañero, Iván

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